EL
VIAJE DE LAS GEMELAS JULIA MARÍA Y JULIE MARIE.
Me
llamo Julia María Soriano Padilla y te voy a contar la increíble
historia que vivimos mi hermana gemela Julie Marie Soriano Padilla y
yo con solo 4 años.
Todo
comenzó cuando estábamos mi hermana Julie y yo sentadas en dos
asientos de una estación de tren de la ciudad de Madrid, junto a
nuestros padres; Manolo y Catalina, mirando a los otros pasajeros.
Íbamos a ir a New York, a visitar a un familiar que es amigo de un
rico empresario y era nuestro primer viaje fuera de España, en tren.
¡La
primera vez que íbamos a salir de España!
-Mira,
Julia- dijo mi hermana Julie- un empresario con corbata.
Una
de las cosas que adoro de mi hermana, es su inocencia; a pesar de que
yo soy 4 minutos más menor que ella.
-Tu
y tus obsesiones.-le dije yo a mi hermana Julie.
Es
cierto; mi hermana Julie tiene la misma obsesión que yo con los
empresarios, los rusos, las ciudades con nombres raros y las
carreteras.
-Mira,
Julie- le dije yo a mi hermana Julie- un ruso.-
-¿A
que Detroit es una ciudad con un nombre raro?-me dijo Julie.
-Tienes
razón, Julie. Pero yo prefiero más bien; Phoenix, mujer, que
Detroit es la ciudad de los asesinatos y del crimen.-dije yo.
Y
ambas nos echamos a reír.
Pronto
llegó la hora de irnos al tren y yo le cogí la mano a mi hermana
para no perdernos en aquella estación y nos montamos en el tren.
Julie
y yo nos sentamos juntas, y mis padres se sentaron juntos también.
Faltaba
mucho para llegar a New York y cuando se hizo de noche; Julie y yo
nos dormimos sin saber lo que nos esperaba.
Al
día siguiente, algo me despertó.
Miré
sobresaltada a mi alrededor y pude ver que mi hermana seguía aún
allí, durmiendo a mi lado, conmigo.
Un
hombre con uniforme gritó:
-¡New
York! ¡Estamos en New York!-
Después
miré hacia los asientos de mis padres y vi que no estaban.
Rápidamente
desperté a mi hermana y las dos juntas, buscamos a mis padres por
todo el tren, pero no estaban.
Bajamos
del tren muy asustadas, sin maletas ni nada.
Agarré
la mano de mi hermana muy fuerte porque había mucha gente, yo era la
más miedica y me estaba poniendo tan nerviosa que estuve a punto de
gritar, pero ya habíamos casi bajado unas escaleras mecánicas y me
tapé rápidamente la boca con una mano y con la otra agarraba a mi
hermana de la mano. Así hasta que salimos de la estación y ya no
tenía ganas de gritar.
Mi
hermana daba vueltas alrededor de mi, haciendo movimientos raros con
sus manos.
-¿Qué
haces, Julie?-pregunté yo.
-Te
limpio el aura.-dijo Julie terminando de hacer eso- Me lo enseñó
nuestra vecina Araceli, la mujer budista.-
Yo
la miré con cara de bobalicona.
-¡La
de el concejal de ayuntamiento de Madrid! ¡La de Enrique!-me dijo mi
hermana, a mi es a veces se me olvidan las cosas. Esa es la razón de
que en los exámenes de matemáticas saco un cero, fijo.
-¡Ya
me acuerdo!-dije yo.
-¿Mejor?-me
dijo mi hermana.
-Gracias.-
dije yo- Ahora ya me he calmado.-
La
verdad es que no es fácil la convivencia con una hermana gemela de 4
años con poderes paranormales, y que es budista y cristiana a la
vez. Eso, y el lío que montó en el hiper con un pollo, en la semana
del Japón, meses después de esto.
Estuvimos
caminando durante un buen rato; viendo altos rascacielos que hacían
que Julie y yo al mirarlos; nos estuviéramos a punto de caer al
suelo, pero no nos caímos.
-¿Habrá
rusos en New York?-preguntó mi hermana, esperando un sí.
-Quizá-
dije yo- A lo mejor también conocemos a Batman o a Superman.-
-O
a Spiderman,- dijo Julie- el hombre araña.-
-Arañas,
no; gracias.-dije yo, temblando un poco con solo pensar en arañas.
Una
de mis mayores fobias son las arañas. La psicóloga me dice que
tengo aracnofobia; un poquillo más claro; fobia a las arañas. Por
eso, cuando veo una, voy al psicólogo, o mejor dicho; psicóloga.
De
repente; vimos a un hombre, moreno, alto, con los ojos marrones,
joven y sin la típica barba de unos 30 años con ropa de gente
normal que se escondió corriendo detrás de un camión, como si
fuese el ladrón de La Pantera Rosa, y nosotras; como las niñas
inocentes que éramos, fuimos a preguntarle.
-Disculpe,
señor.-dije yo.
-¿Si?-dijo
el hombre con voz áspera.
De
repente, pensé que era un loco o un supervillano; porque con esa
voz, va para Scourge the Hedgehog; de Sonic the Hedgehog; en los
Archie Comics.
-¿Usted
sabe si estamos de verdad en New York?-dijo Julie.
-Si,
¿por?-dijo el hombre.
-Venimos
de España y cuando estábamos en el tren; nuestros padres no
estaban.-dije yo con un halo de valor.
-¿Puede
ayudarnos?-dijo Julie.
-Por
supuesto, pequeñas.-dijo el hombre.
El
hombre nos llevó a una casa abandonada, donde había muchos
cuchillos y armas.
-¿Y
esto?-dijo Julie.
-Soy
un fugitivo de la justicia por arrasar tres ciudades y matar a todos
sus habitantes.-dijo el hombre.
Yo
pensé para mis adentros; que este era Bin Laden o su hijo, fijo.
Yo
me alejaba lentamente de él muy asustada, pero mi hermana Julie no
retrocedió ni un paso y le limpiaba el aura. Yo me puse la mano en
la frente con frustración y puse una cara de sorprendida a la vez
que de bobalicona.
-¿Qué
estás haciendo?-dijo el hombre.
-Te
limpio el aura porque todos somos materia y almas a la vez.-dijo
Julie.
-Mi
hermana es budista y cristiana a la vez.-dije yo- ¿Y usted?-
-Yo
no se nada de budismo.- dijo el hombre- No soy budista y tampoco soy
cristiano.-
De
repente pensé que este no creía en nada, salvo en la ley de la
selva o en la madre naturaleza.
-¿Nos
va a matar?-dije yo a punto de llorar.
-No,
mujer, no.-dijo el hombre- A las niñas yo no las mato. Les enseño
que hay que sobrevivir en la naturaleza.-
Claro
y yo soy Jane, la mujer de Tarzán; si pudiera haber dicho, pero
estaba tan asustada que solo pensaba en El Imbécil; mi primo de 4
años, de Carabanchel Alto; un barrio de la ciudad de Madrid. Bueno
en realidad; en Manolito Gafotas, mi otro primo, de 10 años; que era
hermano de El Imbécil. Es muy raro que sus padres se llamen también,
Manolo y Catalina, y que vivan en un piso con su abuelo. Si es que en
mi familia todos somos muy raros o sea un fenómeno paranormal.
Pude
ver que aquel hombre, también era un fenómeno paranormal. Tenía
pinta de ser el hombre lobo, X-men o Lobezno.
-¿La
ley de la selva?-dijo Julie.
-No,
mujer, no.-dijo el hombre poniéndose la mano en la frente con cara
de frustración- Escapar de la policía es lo primero.-
Para
aquel hombre, la policía y la ley, eran sus enemigos; los villanos
peligrosos, sus depredadores y él, la presa inocente que cae
fácilmente en la trampa. Aunque, en realidad; él no caía en
ninguna trampa; sino la policía caía en sus trampas mortales.
Permanecimos
unos cuantas semanas con ese hombre, aunque el hombre nos protegía.
Un
día, la policía nos encontró y el hombre nos dejó en un lugar
seguro, desde el que pudimos ver cómo se subía a lo alto de la
torre de un gran puente que estaba encima de un enorme río, siendo
tiroteado por unos policías y cuando el hombre llegó a lo alto sin
estar herido, Julie me dijo:
-Se
va a tirar al agua y sobrevivirá.-
Según
esto, yo creo que mi hermana puede ver el futuro sin ningún problema
o leer la mente. Pero, cuando estamos en el instituto; está en las
nubes. Ya lleva muchos avisos por parte de los profesores; pero aún
así; aprueba todos los exámenes. Y os preguntaréis; ¿Cómo puede
aprobar la chiquilla, si está en los mundos de yupi? La respuesta;
estudia en casa, y cuando hay exámenes, se pasa toda la noche
encerrada en su habitación, estudiando, hasta las 2:00 de la mañana.
Yo
apruebo casi todos los exámenes, menos los de matemáticas. Ni como
dice mi vecina Berta;
-Por
ser pecadores, Dios os castiga.-
Y
encima se cree muy santa, pero os voy a revelar un gran secreto;
bueno que ya no es, pero os lo cuento; se lió con el conserje.
Si,
si; es cierto, y ahora que su marido se divorció de ella, anda por
el edificio de la comunidad en donde yo vivo, coqueteando con todos
los hombres.
Y
yo creo que por eso, mi madre la llama; Sor Quisquilla. Solo con oír
ese apodo, me dan ganas de reír.
Entonces
el hombre saltó desde lo alto y cayó al agua.
-Es
el hombre lobo.-dije yo, creyendo que era la verdadera identidad de
aquel hombre, porque ni siquiera nos dijo su nombre.
Volvimos
a Madrid con nuestros padres, como una familia; sin olvidar al hombre
lobo.
Si
es que, a nosotros no nos falta ver Expediente X, porque cada día en
nuestra familia, es un fenómeno paranormal.
Actualmente;
mi hermana y yo, tenemos 13 años y aún no olvidamos a aquel hombre
lobo que nos salvó la vida; pero nunca lo volvimos a ver.
Nunca.
Julia: El viaje de las gemelas Julia María y
Julie Marie. Editoriales I.julia.
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