viernes, 20 de diciembre de 2013

DIARIO DE JULIA MARÍA SORIANO PADILLA. 1º PARTE.


EL VIAJE DE LAS GEMELAS JULIA MARÍA Y JULIE MARIE.

Me llamo Julia María Soriano Padilla y te voy a contar la increíble historia que vivimos mi hermana gemela Julie Marie Soriano Padilla y yo con solo 4 años.
Todo comenzó cuando estábamos mi hermana Julie y yo sentadas en dos asientos de una estación de tren de la ciudad de Madrid, junto a nuestros padres; Manolo y Catalina, mirando a los otros pasajeros. Íbamos a ir a New York, a visitar a un familiar que es amigo de un rico empresario y era nuestro primer viaje fuera de España, en tren.
¡La primera vez que íbamos a salir de España!
-Mira, Julia- dijo mi hermana Julie- un empresario con corbata.
Una de las cosas que adoro de mi hermana, es su inocencia; a pesar de que yo soy 4 minutos más menor que ella.
-Tu y tus obsesiones.-le dije yo a mi hermana Julie.
Es cierto; mi hermana Julie tiene la misma obsesión que yo con los empresarios, los rusos, las ciudades con nombres raros y las carreteras.
-Mira, Julie- le dije yo a mi hermana Julie- un ruso.-
-¿A que Detroit es una ciudad con un nombre raro?-me dijo Julie.
-Tienes razón, Julie. Pero yo prefiero más bien; Phoenix, mujer, que Detroit es la ciudad de los asesinatos y del crimen.-dije yo.
Y ambas nos echamos a reír.
Pronto llegó la hora de irnos al tren y yo le cogí la mano a mi hermana para no perdernos en aquella estación y nos montamos en el tren.
Julie y yo nos sentamos juntas, y mis padres se sentaron juntos también.
Faltaba mucho para llegar a New York y cuando se hizo de noche; Julie y yo nos dormimos sin saber lo que nos esperaba.
Al día siguiente, algo me despertó.
Miré sobresaltada a mi alrededor y pude ver que mi hermana seguía aún allí, durmiendo a mi lado, conmigo.
Un hombre con uniforme gritó:
-¡New York! ¡Estamos en New York!-
Después miré hacia los asientos de mis padres y vi que no estaban.
Rápidamente desperté a mi hermana y las dos juntas, buscamos a mis padres por todo el tren, pero no estaban.
Bajamos del tren muy asustadas, sin maletas ni nada.
Agarré la mano de mi hermana muy fuerte porque había mucha gente, yo era la más miedica y me estaba poniendo tan nerviosa que estuve a punto de gritar, pero ya habíamos casi bajado unas escaleras mecánicas y me tapé rápidamente la boca con una mano y con la otra agarraba a mi hermana de la mano. Así hasta que salimos de la estación y ya no tenía ganas de gritar.
Mi hermana daba vueltas alrededor de mi, haciendo movimientos raros con sus manos.
-¿Qué haces, Julie?-pregunté yo.
-Te limpio el aura.-dijo Julie terminando de hacer eso- Me lo enseñó nuestra vecina Araceli, la mujer budista.-
Yo la miré con cara de bobalicona.
-¡La de el concejal de ayuntamiento de Madrid! ¡La de Enrique!-me dijo mi hermana, a mi es a veces se me olvidan las cosas. Esa es la razón de que en los exámenes de matemáticas saco un cero, fijo.
-¡Ya me acuerdo!-dije yo.
-¿Mejor?-me dijo mi hermana.
-Gracias.- dije yo- Ahora ya me he calmado.-
La verdad es que no es fácil la convivencia con una hermana gemela de 4 años con poderes paranormales, y que es budista y cristiana a la vez. Eso, y el lío que montó en el hiper con un pollo, en la semana del Japón, meses después de esto.
Estuvimos caminando durante un buen rato; viendo altos rascacielos que hacían que Julie y yo al mirarlos; nos estuviéramos a punto de caer al suelo, pero no nos caímos.
-¿Habrá rusos en New York?-preguntó mi hermana, esperando un sí.
-Quizá- dije yo- A lo mejor también conocemos a Batman o a Superman.-
-O a Spiderman,- dijo Julie- el hombre araña.-
-Arañas, no; gracias.-dije yo, temblando un poco con solo pensar en arañas.
Una de mis mayores fobias son las arañas. La psicóloga me dice que tengo aracnofobia; un poquillo más claro; fobia a las arañas. Por eso, cuando veo una, voy al psicólogo, o mejor dicho; psicóloga.
De repente; vimos a un hombre, moreno, alto, con los ojos marrones, joven y sin la típica barba de unos 30 años con ropa de gente normal que se escondió corriendo detrás de un camión, como si fuese el ladrón de La Pantera Rosa, y nosotras; como las niñas inocentes que éramos, fuimos a preguntarle.
-Disculpe, señor.-dije yo.
-¿Si?-dijo el hombre con voz áspera.
De repente, pensé que era un loco o un supervillano; porque con esa voz, va para Scourge the Hedgehog; de Sonic the Hedgehog; en los Archie Comics.
-¿Usted sabe si estamos de verdad en New York?-dijo Julie.
-Si, ¿por?-dijo el hombre.
-Venimos de España y cuando estábamos en el tren; nuestros padres no estaban.-dije yo con un halo de valor.
-¿Puede ayudarnos?-dijo Julie.
-Por supuesto, pequeñas.-dijo el hombre.
El hombre nos llevó a una casa abandonada, donde había muchos cuchillos y armas.
-¿Y esto?-dijo Julie.
-Soy un fugitivo de la justicia por arrasar tres ciudades y matar a todos sus habitantes.-dijo el hombre.
Yo pensé para mis adentros; que este era Bin Laden o su hijo, fijo.
Yo me alejaba lentamente de él muy asustada, pero mi hermana Julie no retrocedió ni un paso y le limpiaba el aura. Yo me puse la mano en la frente con frustración y puse una cara de sorprendida a la vez que de bobalicona.
-¿Qué estás haciendo?-dijo el hombre.
-Te limpio el aura porque todos somos materia y almas a la vez.-dijo Julie.
-Mi hermana es budista y cristiana a la vez.-dije yo- ¿Y usted?-
-Yo no se nada de budismo.- dijo el hombre- No soy budista y tampoco soy cristiano.-
De repente pensé que este no creía en nada, salvo en la ley de la selva o en la madre naturaleza.
-¿Nos va a matar?-dije yo a punto de llorar.
-No, mujer, no.-dijo el hombre- A las niñas yo no las mato. Les enseño que hay que sobrevivir en la naturaleza.-
Claro y yo soy Jane, la mujer de Tarzán; si pudiera haber dicho, pero estaba tan asustada que solo pensaba en El Imbécil; mi primo de 4 años, de Carabanchel Alto; un barrio de la ciudad de Madrid. Bueno en realidad; en Manolito Gafotas, mi otro primo, de 10 años; que era hermano de El Imbécil. Es muy raro que sus padres se llamen también, Manolo y Catalina, y que vivan en un piso con su abuelo. Si es que en mi familia todos somos muy raros o sea un fenómeno paranormal.
Pude ver que aquel hombre, también era un fenómeno paranormal. Tenía pinta de ser el hombre lobo, X-men o Lobezno.
-¿La ley de la selva?-dijo Julie.
-No, mujer, no.-dijo el hombre poniéndose la mano en la frente con cara de frustración- Escapar de la policía es lo primero.-
Para aquel hombre, la policía y la ley, eran sus enemigos; los villanos peligrosos, sus depredadores y él, la presa inocente que cae fácilmente en la trampa. Aunque, en realidad; él no caía en ninguna trampa; sino la policía caía en sus trampas mortales.
Permanecimos unos cuantas semanas con ese hombre, aunque el hombre nos protegía.
Un día, la policía nos encontró y el hombre nos dejó en un lugar seguro, desde el que pudimos ver cómo se subía a lo alto de la torre de un gran puente que estaba encima de un enorme río, siendo tiroteado por unos policías y cuando el hombre llegó a lo alto sin estar herido, Julie me dijo:
-Se va a tirar al agua y sobrevivirá.-
Según esto, yo creo que mi hermana puede ver el futuro sin ningún problema o leer la mente. Pero, cuando estamos en el instituto; está en las nubes. Ya lleva muchos avisos por parte de los profesores; pero aún así; aprueba todos los exámenes. Y os preguntaréis; ¿Cómo puede aprobar la chiquilla, si está en los mundos de yupi? La respuesta; estudia en casa, y cuando hay exámenes, se pasa toda la noche encerrada en su habitación, estudiando, hasta las 2:00 de la mañana.
Yo apruebo casi todos los exámenes, menos los de matemáticas. Ni como dice mi vecina Berta;
-Por ser pecadores, Dios os castiga.-
Y encima se cree muy santa, pero os voy a revelar un gran secreto; bueno que ya no es, pero os lo cuento; se lió con el conserje.
Si, si; es cierto, y ahora que su marido se divorció de ella, anda por el edificio de la comunidad en donde yo vivo, coqueteando con todos los hombres.
Y yo creo que por eso, mi madre la llama; Sor Quisquilla. Solo con oír ese apodo, me dan ganas de reír.
Entonces el hombre saltó desde lo alto y cayó al agua.
-Es el hombre lobo.-dije yo, creyendo que era la verdadera identidad de aquel hombre, porque ni siquiera nos dijo su nombre.
Volvimos a Madrid con nuestros padres, como una familia; sin olvidar al hombre lobo.
Si es que, a nosotros no nos falta ver Expediente X, porque cada día en nuestra familia, es un fenómeno paranormal.
Actualmente; mi hermana y yo, tenemos 13 años y aún no olvidamos a aquel hombre lobo que nos salvó la vida; pero nunca lo volvimos a ver.
Nunca.
Julia: El viaje de las gemelas Julia María y Julie Marie. Editoriales I.julia.

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