domingo, 1 de diciembre de 2013

LA LOCA DEL DOCE JOTA.


Erase una vez una muchacha de 12 años que pesaba 63 kilos, tenía granos en la cara, llevaba gafas y aparato dental. Era morena y no tenía los ojos de color porque tenía una enfermedad que le impedían que el iris tuviese color. Su nombre era Teretha Idubber Crossober. Vivía en un piso de Madrid (en el doce <<jota>>) con su madre Alexandra Revilla de 60 años y su gato Bimbú. No tenía padre, ni amigos y ni nadie con quien hablar. Solo con el gato. Cuando iba al instituto todos se metían con ella y nadie la defendía. Su madre nunca la dejo salir sola ni nunca su madre la dejaba ir de fiesta y nunca la dejaba ir de viaje excepto cuando moría alguien o cuando había un funeral. La chica en sus ratos libres iba a su habitación y jugaba con sus juguetes y no tenía ordenador. La madre no le compraba nada de lo que ella quería y no le dejaba para jugar su móvil y solo podía utilizar el teléfono fijo. Cuando la chica veía la tele solo veía las noticias. Su madre no le dejaba ver dibujos animados, ni series de cachondeo y ni series para adolescentes. Su madre y ella solo discutían 4 veces al mes. Cuando era su cumpleaños nadie lo celebraba ni la felicitaba. Ni siquiera su madre y tampoco nadie le regalaba nada. La chica cuando sonreía se le veían los dientes de un color amarillento mezclado con blanco. En los recreos se metía en el cuarto de baño para alumnas del instituto y lloraba de tristeza pero en silencio. Todos la odiaban porque una vez unos la engañaron e hizo una cosa muy fea por lo que nadie la quería y por la noche cuando dormía soñaba con criaturas imaginarias y con mundos oscuros. Su madre si la quería pero la sumía en un mundo triste. Su madre de pequeña fue huérfana y por eso la sumía en un mundo triste. Su padre murió en un terrible accidente de tráfico el día en que ella nació. Un día su abuela (la madre de su padre) murió y la primera persona en enterarse era Teretha. Teretha y su madre siempre quisieron mucho a la abuela. (El abuelo murió mucho antes de que Teretha naciese). Después de que fuesen al entierro se enteraron que como herencia iban a recibir una tele que era de la abuela. Después de recibirla Teretha fue la primera en usar la tele. Por las noches veía las noticias pero al final se quedaba dormida y nunca veía el final de las noticias. Una noche ella veía la tele y no se quedaba dormida pero eran las 3:00 de la mañana, su madre estaba durmiendo en su dormitorio y la pantalla de la tele se puso blanca y gris con un zumbido. Entonces vio la imagen de la abuela moviéndose como si estuviera a punto de salir de la tele y le dijo:- Teretha, Tere, Teretha pronto nos veremos...- Y la tele se apagó sola. La chica se quedo aterrorizada y en los siguientes días le sucedieron cosas misteriosas. Al día siguiente la chica quería limpiar con la aspiradora y la aspiradora no obedecía pero cuando no la usaba la aspiradora se encendía y se movía sola, luego iba a meter unas zanahorias en la batidora y la batidora se encendió sola y le hirió dos dedos. En la nevera encontró entre la comida pelos canosos y una dentadura postiza que tiró a la basura y por la noches cuando su madre dormía ella veía que su gato Bimbú se movía de un lado para otro y gruñendo como si viese algo que ella no podía ver. Teretha anotó todo eso en un pequeño cuaderno de apuntes y se decía:-¿Me estaré volviendo loca?- Un día su madre estaba de compras cuando llegó al piso y vio a los vecinos llamando enfurecidos a la puerta y de debajo de la puerta salía una gran riada de agua. Cuando la vieron le dijeron:-Usted no ha respondido a nuestras llamadas y muchos apartamentos se están mojando.- La madre dice:-Cuando me fui no dejé encendido ni un solo grifo, ni el de la bañera y ni la lavadora. Los únicos que hay dentro son mi hija y mi gato.- Entonces llamaron a la policía y echaron abajo la puerta y vieron que de la lavadora salía mucha agua, dentro de la lavadora había una pantufla desinflada, en la puerta de la lavadora había colgada una camiseta que pertenecía a Teretha, la tele estaba encendida y tenía la pantalla en blanco y gris y emitía el zumbido, toda la casa estaba desordenada y encontraron al gato asustado en un rincón y no había quien lo sacase de ahí hasta que la madre se lo llevó. Único testigo el gato. Pero los gatos no pueden hablar y cuando la policía vio los apuntes de Teretha creyeron que eran los apuntes de una loca y ninguno de ellos no pudo entender cómo iba a desaparecer así una loca. Desde entonces sus vecinos la llamaron <<la loca del doce jota>>. Y desde aquel día nadie la volvió a ver nunca más.
Julia: La loca del doce <<jota>>. Editoriales I.julia.

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